sábado, 15 de noviembre de 2014

Almas afines

Deja que me exprese, Alma, con todas mis fuerzas,
deja, por favor, concretar aquello que sienta.
No me encierres en claustros y no me pongas cadenas,
porque mi piel esta viva, roja la sangre en mis venas.

Aún la flama esta ardiendo, te pido, no la detengas,
y permite que se esparza por mi vientre que se quema.
Dale todo mi amor a aquel que mi pasión anhela,
dale los besos más suaves que alguna vez existieran.

Que cierren sus dulces ojos cuando el sueño lo venza
y que dejen en su frente marcas de flores de menta.
Porque mi voz se apasiona, tiembla agitando sus letras,
y en suspiros se dilata cuando sus labios me besan.

Que sean mis besos en él las caricias que liberan
todo el ardor contenido y que mi cuerpo desea.
Y nos fundamos los dos en íntima confidencia,
de aquellas que solo almas, muy afines, se dispensan.