lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Látigo!



¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Bestia y domador  protagonizan
una escena execrable que agudiza
mi aversión por la rudeza innecesaria.
Quizás otros la reputen de proeza
pero yo  califico a esa destreza
que viene de edades milenarias,
como a una amalgama de vilezas.

¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Sube la tensión, dominio y sujeción.
-¡Más, más! ¡Somete a la fiera!
Arengan los brutos de dos patas
en emoción que enceguece y arrebata
los vestigios que usan de razón
y revelan la verdad que a hierro mata.

¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Se miden, se vigilan, se toleran.
De a ratos se escucha el reproche
del rugido cavernoso de las fieras.
-¡Más, más! ¡Domina al indomable!
Y humilla con agravios detestables
a todo quien que no haga cual tu quieras.


Canción a Corrientes



Son ríos de dulzura que corren por tu nombre
que llevan en su acento la estirpe del guaraní,
y el cielo al descubierto anegado de luceros
 alumbrando tus senderos, mi preciosa Taragüí.

Surge de las aguas pardas la luna de caramelo
portando en sus colores la savia del Paraná,
tu estampa ensortijada por bañados y esteros
recordarla me emociona al grito de un sapucai.

Estribillo
Danza, danza, danza, danza, mi Corrientes
me envuelve el ensueño de loca adoración
atesoro con mis manos tu tierra tan amada
y con voz enamorada hoy te entrego mi canción.

Corrientes te haces sangre que corre alocada
en una pasión vehemente que sube en espiral
y explota en un delirio que arroja su alegría
derrochando algarabía cuando llega el carnaval.

Blasones y estandartes son tus firmes palmares,
de antiguas poblaciones que resisten la erosión
del tiempo y el olvido, custodiando tradiciones
y se quiebra en emociones el retardo de un adiós.

Quiero que lo sepas


  
Quiero que lo sepas. En ronda nocturna
me visita el sueño de tus ojos negros,
y allí me detengo, me quedo extasiada,
y prosigo alerta hasta la madrugada.
Quiero que lo sepas. Mi esperanza es niña
y se levanta al alba,  trabajando alegre
sin decaer nunca, sin perder la clama.
Quiero que lo sepas. Se juntan sonrisas
hiladas en nácar, y como un rosario
que a tu cielo llama, rezan
en silencio los labios que exhalan
profundos suspiros en sábanas blancas.
Es risa de niños tus pies que avanzan,
porque al sonido de tus pasos lanzas
el acorde loco que agitado clama
acortar un poco todas las distancias.
Quiero que lo sepas. El aire se cubre
de un halo, de un signo, de celo y nostalgia
cuando tu ausencia no me reconoce,
 oprimiendo el pecho, conturbando el alma.
Pero el pensarte es toque de aldaba,
me vuelve la risa, me cambia la cara.
Quiero que lo sepas, estoy enamorada.

domingo, 28 de noviembre de 2010

La Familia



La noche es propicia, descansemos un rato,
sentemos juntos, muy juntos los cuatro.

Los padres, los niños la mesa comparten
los juegos, la risa, la tertulia afable.
Cosas no comunes ya por estos días
estos especiales ratos memorables.

Hogar y familia, amor y cariño,
alivio a los padres, refugio a los hijos,
y el ángel del cielo, un mudo testigo
a Dios le comenta aquello que ha visto.

-Hoy vi a una familia en reposo y calma,
todos se querían, todos se ayudaban.
La madre virtuosa, el padre prudente
y con alegría los hijos jugaban.

-La hora del culto era muy esperada
y con reverencia se arrodillaban
para pedirte con toda sus almas
que con tu bondad bendigas la casa.

Cosas no comunes, esto que acontece…
La familia que ora, unida permanece.




Sonetín



Tú me pides un amor puro y sin defectos
y yo soy de este ancho mundo, pesadilla.
que guarda en el arcón de su buhardilla
la mar de los errores, y solo dos aciertos.

Y es así, para tu asombro y desconcierto,
el primer encantador triunfo fue admirarte
el segundo fue proceder a disfrutarte
con los ojos de engañoso amor perfecto.

Y mas tarde caducada la prudencia
que por fuerza exige toda tolerancia
asumo que no soy joya ni un hallazgo,

ni tú una virginal  y trémula paloma
a la que cada tanto un fallo se le asoma
y que puede exasperar hasta el hartazgo.

La Torcaza



Volando va una torcaza
buscando rehacer el nido,
los árboles se talaron
no escucharon sus gemidos.
Con tanto dolor abandona
su bosquecito querido
¡Pobre torcaza sin casa!
el hombre malo ha venido
a echar abajo tu bosque
y a despojarte de tu abrigo.
Tu maletita en tus plumas
y en tu garganta tu trino,
peladita de ilusiones
te enfrentas con un destino
donde se yerguen los malos
y los buenos han caído.
Muy cerca de tu tesoro
otros niños han perecido,
la guerra ha hecho estragos
sobre su vida y amigos,
sobre su pan y su pueblo,
sobre su trunco destino.
El hombre va contra el hombre
y la torcaza a su nido.
la lección, la moraleja:
solo el hombre es vengativo.



sábado, 27 de noviembre de 2010

Pasión en la arena



Te diviso descendiendo por la playa,
cubierta de noche y de estrellas,
 con prisa incontenible me descalzo
hundiéndose mis pies bajo la arena
que corren a tus brazos presurosos
en ceñir a mi cuerpo, que flaquea,
porque el solo roce de tus manos
me envuelve en emociones que navegan
en el fondo de tu boca y tu mirada,
y en tu vientre vigoroso, que se quema,
al solo contacto de mis besos
con una vivacidad que desespera.
Y la noche se cierra ante el asombro
de vernos en el medio de una escena
donde roja se vuelve hasta la luna,
y titilan nerviosas las estrellas.
Mientras el aire se perfuma en amores
la rompiente desagravia su condena
asediando al contacto de las olas
que estrechándolas con furia,  las penetra,
contagiado en la pasión indescriptible
que ponemos vos y yo sobre la arena.


El Mar



Silencia tu secreto, ven y vocaliza
la mas perfecta sinfonía de tu boca,
que al ánimo más tosco le provoca
una onda que sobrecoge y paraliza.

Imponente como gran sacerdotisa
que atrae con hechizos mentirosos
introducción a relatos misteriosos
que la fértil ilusión rescata a prisa.

Manto que cubre toda supervivencia
y alberga a otros seres asombrosos,
jamás nadie sabrá cual es tu esencia

preserva del hombre a tu existencia,
sepúltate hermético, Mar grandioso,
doblegando a cualquier irreverencia.

Querido amigo



Querido amigo, si el tiempo pasa,
 que no sea en vano;
y si sembramos, perseveremos y fructifique
todo aquello que se ha soñado.
Que no te rindas y que no cedas
 a la inclemencia de los estragos,
porque la vida nos da de todo,
 los buenos tiempos, tiempos  amargos.
Que si me caigo, tú me levantes,
si me precisas, te de mi mano,
y seamos piadosos con los errores
que alguna vez nos alejaron.
Que tu alegría sea la mía
y lo pequeño lo compartamos,
y que en el día, en mis rutinas,
en mis afanes, en mi trabajo,
en la mesa con mi familia,
sepa que tengo un amigo al lado.
Querido amigo la vida es corta,
el tiempo pasa por el cedazo
que va dejando todo lo bueno,
y entre lo bueno ha decantado
el conocerte y el elegirte,
como a un amigo, como a un hermano.

Don extraordinario



Si aquello que es don extraordinario
y me toca con el borde de su velo,
y a mi menesterosa retórica levanta,
me rindo extasiada ante Tus plantas
y mis ojos se elevan hasta el cielo.
Pequeña soy, Señor, soy tu desvelo,
y por mostrar Tú Amor afable cantas
a través de la natura incomparable
en que inmersa está Tu Excelsa Gloria.
Entenderla es en mi insondable,
y en gozarla se halla mi victoria.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Buscando amor



¿Qué es este amor que tanto me constriñe?
¿cuál es el sendero que me llevará a lograrlo?
dime, ¿cuantas veces tendré que desandarlo?
dime cuanto tiempo me llevará el alcanzarlo.

¿Mis pisadas persiguen bien sus huellas,
tengo en mi mano la brújula templada,
no será acaso que mi vista ahora cegada
equivoca dirección, señal, lazadas?

Piensa, corazón, no me hagas trampa,
dime si tengo ocasión de conseguirlo,
que no corro cual gacela que se espanta
ya que en vano caeré pronto a un abismo.

En pozo oscuro y largo van mis lapsos,
por interrumpir su caída bogo en vano
y tratando de asirme a sus paredes
se resbalan desangrándose mis manos.

Suena el fin de una triste partitura
por un rostro, un calor, una mirada,
una boca que mi boca no tremola,
un vacío que me sabe a puñalada.

Y en el curso solitario de mis horas
que mantiene brutalmente su cadencia
me sumerjo en abismo de agonía
sin servirme ni plegaria ni elocuencia.

Corazón, rómpete todo en mil pedazos
que mi alma por tu culpa esta cansada;
me constriñe este amor que no conozco
¡y tú insistes en que muera enamorada!.

¡Qué vuelva!


Dedicado a todos esos padres valientes que pelean por sus hijos 


¡Que vuelva! ¡Que no ande solo!
no lo ampara el mundo en que se ha perdido,
que vuelva a sentir el calor de mis brazos
y que en mi regazo halle el cobijo,
de este amor de madre, que por él pelea.
¡Que vuelva, que vuelva!¡Griten mis vecinos!,
Acoplen su voz a mi súplica santa,
mi hijo se fue por otros caminos
donde esta muy solo, y mi amor no alcanza,
que lleguen sus voces a sus pobres oídos
y que al escucharlas, se despierte pronto,
y que haga caso a lo que le suplico.
Porque esta extraviado en locura y droga,
se ha ido muy pronto el ave del nido.
Pero no podrá la desesperanza
robarle a mi vida los cinco sentidos,
y con ellos todos seguir suplicando
a mi hijo que vuelva, ¡que lo necesito!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Amor Inconmensurable



¡Cuántos destinos marcados
por delirio e ignorancia!
¡Cuántas vidas mutiladas
por la falta de constancia!
¡Cuántas malas decisiones
dejan un corazón herido,
una mente atormentada!
Oportunidades robadas
a los hijos de este siglo.

Por ello hoy no pongo más
mi afán en tristes manos,
no confiaré en nadie humano
para sellar mí destino.
Solo a los pies del Divino
Creador solo me inclino
y descansaré plenamente
en su gran Sabiduría.
Su Piedad es mi aliciente,
mi falta de fe, cobardía.

Padre,
toma mi vida en tus manos
amorosas, suplicantes,
pacientes y tolerantes
que resguarda el alma mía.
¡Sálvame Tú de mi misma,
Amor Inconmensurable!
corro a tus brazos amantes
desnuda, pobre y vencida,
y permite que me encuentre
a tu lado en la otra vida.

Nunca es el adiós (tango)



Se que te he perdido,
lo se, amor mío,
veinte años juntos
de ir y de venir
marcaron la ruta
de un camino oscuro
que mostró de pronto
su infame matiz.

La copa se ha roto,
lloraron las ganas,
pocos los empeños
de querer seguir.
Te ganó el hastío,
lo veo en tu cara,
ni siquiera tengo
valor de vivir.

Me iré por mi lado
desandando sueños,
se que en una esquina,
o en un callejón
hallaré aquella
ilusión perdida
que renazca alegre
en mi corazón.

No me siento en deuda
ni me debe nada
la vida que tanto
querer me entregó.
Juntaré en mi alma
toda esa ternura
para poder darla
a un nuevo amor.

Pero si pudiera
rescatar el tiempo
que a los dos unía
con tanta pasión
volvería a tus brazos,
amor de mi vida,
porque veinte años
nunca es el adiós.


La piel interior



¡Déjame llorar hasta que se me limpie el alma!
de tantas imprecisas propensiones
que han llevado a la cumbre de la rabia, y a locura
un sin fin de decisiones.
¡Déjame!, que cargada de impotencia
solo puedo afirmar que no se nada,
que entre cardos y espinas he recorrido
una parte de mi vida, y aún cansada,
con el último aliento que me queda
me aferra a la vida la esperanza
de saber que mas allá de los errores
me sostiene una mano más que humana.
Pero este mal trago, que he de pasarlo,
aunque muera de dolor y quiebre mi alma,
una vez que termine de sufrirlo,
ya ligera de prisiones y corazas,
podré ver un futuro por delante
sin que me pese lo vivido,
sin que el pasado me traspase,
sin malos recuerdos que me hostiguen,
sin errores que me dejen desahuciada.
La mortaja será para los muertos,
pero yo, estando viva, voy anclada
a la firme convicción que los dolores
muchas veces son la piel de la alimaña,
que una vez que lo viejo se desecha,
otra piel, más hermosa, lleva en andas.