sábado, 7 de mayo de 2016

martes, 3 de mayo de 2016

Raro desvelo

Raro desvelo

En mi mente arrobada la porfía
entre fuertes suspiros se estremece,
y no quiero aceptar, no me amanece,
aunque sea la doncella que confía

en todo aquello que me dices,
me ruegas, me alientas, me perjuras,
que eres esclavo de todas mis locuras
y por ello tienes en el pecho cicatrices.

Te miro arrodillado en el suelo
y mi cabeza, sobre mi cuerpo altiva,
más no por buscar alternativa,
ni siquiera por buscar consuelo.

Que raro que es todo este desvelo
que me pide suplicante que te crea,
y el amor que nos tuvimos se recrea,
y me leva en el aire como un velo.

Y otra voz que me dice “no lo escuches”,
y atiendo sus motivos razonables,
por un momento me siento detestable
que con el “si” y con el “no” indefenso luches.

Más en el fondo es la duda razonable
que precede a la acción que has cometido.
y  aunque vengas ahora arrepentido
no te puedo ver ya mas como confiable.

De todos modos, quiero ser sensata,
y si bien tu traición me dejó herida,
el amor que te tengo de sufrida,
de no verte otra vez, tu amor me mata.