martes, 3 de mayo de 2016

Raro desvelo

Raro desvelo

En mi mente arrobada la porfía
entre fuertes suspiros se estremece,
y no quiero aceptar, no me amanece,
aunque sea la doncella que confía

en todo aquello que me dices,
me ruegas, me alientas, me perjuras,
que eres esclavo de todas mis locuras
y por ello tienes en el pecho cicatrices.

Te miro arrodillado en el suelo
y mi cabeza, sobre mi cuerpo altiva,
más no por buscar alternativa,
ni siquiera por buscar consuelo.

Que raro que es todo este desvelo
que me pide suplicante que te crea,
y el amor que nos tuvimos se recrea,
y me leva en el aire como un velo.

Y otra voz que me dice “no lo escuches”,
y atiendo sus motivos razonables,
por un momento me siento detestable
que con el “si” y con el “no” indefenso luches.

Más en el fondo es la duda razonable
que precede a la acción que has cometido.
y  aunque vengas ahora arrepentido
no te puedo ver ya mas como confiable.

De todos modos, quiero ser sensata,
y si bien tu traición me dejó herida,
el amor que te tengo de sufrida,
de no verte otra vez, tu amor me mata.


jueves, 31 de marzo de 2016

Al amor que nunca se olvida

  • Una urgencia incontrolable de estar vivos
  • nos juntó en aquel momento.
  • Con unas ganas ¡tremendas! de quererse y de querernos.
  • Reíamos al besarnos arrullados por los sueños,
  • para matar las angustias, la soledad y el tormento.
  • Porque fuiste en mi mirada el punto astral más complejo,
  • cuando no te conocía y habitabas en espejos.
  •  
  • Al principio de la historia no quise ponerle nombre
  • ni quise ponerle un verbo.
  • ¿Para que poner un nombre a aquello que inesperado
  • fue arraigado en mis adentros?
  • Sentimiento prodigioso que al intelecto confunde
  • porque no halla clase ni precio.
  • ¡Aquello que de tan lindo!... dolía verlo tan bello.
  •  
  • ¡Ay! mariposa encantada, mi sol, mi amor, mi consuelo.
  • ¡Te amé tanto, tanto, tanto!
  • Te amé y me amaste a pleno
  • que la dicha de estar juntos contagiaba a todo el pueblo.
  •  
  • Y en todas las callecitas dejamos surcos de besos.
  • Los frutos de aquellos surcos nacieron después de un tiempo.
  • A una le puse Entrega, a otro le puse Cielo. Y al último en nacer
  • le puse Amor Eterno.
  •  
  • Un día, cuando clareaba el alba entre los abetos,
  • te fuiste dejando una ausencia permanente y desaliento.
  •  
  • ¡Ay! mariposa encantada, mi sol, mi amor, mi consuelo.
  • Ya se que no tienes vida, otra vez te has ido lejos,
  • a un lugar donde habitan solamente seres buenos.
  •  
  • Y es tan bello este amor, tan deseado y verdadero
  • que cuando elevo la vista intentando mirar el Cielo,
  • desde arriba tú me Entregas el sol de tu Amor Eterno.
  •  
  • El tiempo, que es curativo, va deshojando tristezas
  • y deja bellos recuerdos. 

jueves, 23 de julio de 2015


Tal vez sea aquella quien tú quieres…
Tal vez sea quien no quiero ser yo.
Tal vez sea el pálido reflejo
de una sombra en el espejo
de algún sueño que partió.

Me he graduado de experta en mentiras
y algún lauro en fingir e imitación.
Una actriz de veinticuatro horas,
doctora y profesora
de la falsificación.

Y me asomo a la ventana en los ocasos.
Y me busco hurgando en mi interior.
El presente se me hace tan remoto
soy solo el copiloto
de un auto sin motor.

¿Para que cuidar la planta que se seca?
¿Para qué pintar de blanco ese marrón?
Si a la final, partida la cabeza,
me baña la tristeza
de este mal amor.

No hay nada, me planto y me resigno.
No hay nada, ya me quedé sin voz.
Me voy para no seguir muriendo
por algo que no entiendo,

tal vez… lo entiendas vos.