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domingo, 20 de noviembre de 2011

La rana se esta casando
con el sapo del estero.
La ranita esta a los brincos
y alegre cual sonajero.

Han venido sus amigas
y esta presente el pastor,
el bañado se ha vestido
de un verde resplandor.

Cuanto croar, cuanta rana,
cuanta alegría y amor.
La rana se esta casando
y este cuento terminó.

miércoles, 26 de enero de 2011

Paquito


Paquito se fue a la tienda
a comprar dos helados,
uno grande de frutilla
y otro grande de pistacho.
Uno para el papá y el otro para él
¡pero que tentación tan cruel!
hacía tanto calor
que se comió un heladito
en un decir uno dos.
Cuando llegó a su casa
el papá le preguntó
una pregunta que Paquito
muy bandido le mintió
-Paquito, por qué el cucurucho
de mi helado está vacío?
-Porque el tuyo, papito,
se derritió en el camino.
Y el papá respondió:
-Pero que helado mas raro
el tuyo esta todo entero
y el mío esta regado
por la calle en que viniste
y dejaste el suelo manchado.
Busca balde y cepillo
y pronto ve a limpiar
todo el reguero de helado
que dejaste al pasar.
Y así, por mentiroso
Paquito se vio castigado
¡Ay! que le salió caro
el comerse el otro helado.

Un chinito loco

Un chinito loco
sobre un cojín
sueña que un día
será un mandarín

Sueña que te sueña
un sueño sin fin
a buscar su reino
se fue a Pekín

Vestido elegante
de capa y bombín
como todo un rey
se fue en palanquín

Se abrieron las puertas
al son del clarín
y el chinito loco
se metió al jardín.

Mucho fue el revuelo,
mucho fue el trajín
un nuevo monarca
tenía Pekín.

Dicen que además
era gran espadachín
y en todas las fiestas
el mejor bailarín.

El mejor navegante
de todo bergantín
y el mejor flautista
de todo flautín

Guarda ya tus sueños
en un maletín
chinito chiflado
cabeza de adoquín.

Para Laurita

Que lindos son los mohines
de tu pícara carita.
Un almacén de expresiones
en tus ojos y boquita.

Que grandes abres tus ojos
cuando hay algo que te admira
y cuando algo te apena
enrojecen con sal viva.

No entiendes de la maldad
mi pequeña distraída
nada ata a tus sentidos
más que el encanto y la risa.


Que nadie estorbe tu inocencia
elemental y cristalina,
que los ángeles del cielo
a todas partes te sigan.

Una nana para Anita


Veo en ti, veo en ti
un jazmín y un alelí,
cuando se abren lentamente
tus ojitos, simplemente,
es un regalo para mí.

¿Dónde vas? ¿Dónde vas?
adelante y para atrás.
Tus pasitos saltarines,
agitados, bailarines
nunca se cansan jamás.

¿Y qué tocas, y qué tocas?
tus manitas primorosas
juegan, manchan, presurosas
de explorar todas las cosas.
Alitas de mariposas.

¿De qué ríes, de qué ríes?
tu boquita y tus mohines
y el sonido de tu risa
se esparcen como la brisa
que deja chocolatines.

De todas las niñas bellas,
la más bella es mi Anita,
dulce, alegre, encantadora,
en mi mundo, una estrellita.

Ponte tus botitas


Ponte tus botitas,
tu saquito de hilo,
peino tus trencitas
y vamos de camino.

Cuando en la plaza
veas a un globero
un bonito globo
prenderé a tu dedo.

Un helado grande
de miel y frutilla
será el primero
que tenga mi niña

Sentada a la hamaca
al cielo te lanzo,
tu risa inocente
será un dulce canto.

Entre tantas flores
de un jardín de niños
mi pícara niña
es todo un cariño.

lunes, 24 de enero de 2011

La luna en estío

La luna se encuentra ardiendo en el calor del estío.
Se sofoca con los vahos que escalan desde el río.
Transpira un sudor plateado, y los ojos somnolientos
se cierran, y bebe nubes, hasta quedar sin aliento.

Que cansada está la luna, el verano la ha vencido,
la rindieron sus ardores, ya no soporta el vestido.
¿Qué pasa que ya no alumbra aquel paisaje umbrío?
Se sacó los zapatitos, las medias… y se ha dormido.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Anita y sus gatitas


-Anita ¿Adónde vas tan bonita
con tanto arreglo y primor?
-Voy a llevar a mis gatitas
a la casa del doctor.

A una se le quemó el bigote,
y la otra tiene tos
y las veo tan enfermas
que me da mucho dolor.

-Yo tengo un remedio bueno
para el bigote y la tos,
un poco de cariñito,
y otro poquito de amor.

Cuando la volví a ver
me dijo -Ya se curó,
la del bigote quemado
otro bigote creció.

Y la que tiene, pobrecita,
un poquitito de tos,
la tengo en su canastita
y le doy mucho calor.

Y para que se cure pronto
voy a comprar caramelos,
y un montón de galletitas
que le sirvan de consuelo.

-¿Y a quién vas a consolar,
a la gatita o a vos?
-Es que si ella me ve contenta
se siente mucho mejor.