miércoles, 19 de enero de 2011

Heraldos celestes

Esta es la noche. Todo esta en marcha,
las puertas se abren, caminan las almas.
El rumbo está fijo, las cartas echadas,
patéticas voces proclaman alzadas
en rabia furiosa, reclamos por nada.
No tienen piedad, arengan venganzas,
las súplicas cuentan lo que cuenta el agua
cuando se evapora bajo el sol que abrasa.
Aves peregrinas son las buenas almas,
de este mundo oscuro…  una huella alada.
Las puertas se abren. Con gozo en la entraña
ellas dan sus vidas por honrar la causa
y preservar aquella que vendrá mañana
que después de muertas, les es esperada.
Los Diez Mandamientos han sido ultrajados,
pero su conciencia no será acallada.
Ellas tienen fe solo en La Palabra
y la Inquisición, establecido en juez falso,
buscó corromperlas, torturó sus cuerpos,
dictó sus sentencias y las echó al cadalso.

Se abren las puertas, heraldos celestes
derrochando paz, gozo, mansedumbre,
caminan con pausa…
Una senda angosta guía sus pisadas,
no hay vacilación en aquellas caras.
Ellas aseguran que La Luz que alumbra
esta, su hora aciaga, pago del suplicio
que ahora recogen, será su Testigo
leal, verdadero, el día del Juicio
de todas las almas.

martes, 18 de enero de 2011

Trátame…


Trátame, si pudieras,
como a una flor delicada,
como a una mariposa
que apenas abre sus alas.
Con la quieta mansedumbre
del rocío en la mañana
que no sabe donde cae,
pero lo hace con gracia.
Y que tus palabras persigan
lo que persigue mi alma:
un rosario de dulzuras
engarzado a tu mirada.

Trátame, si pudieras…
trátame, si desearas…
Sedientos son mis oídos
del dulzor de tus palabras.
Soy arcilla entre tus manos,
soy una vela apagada
que busca en tu ternura
abrir esta quieta jaula
para que el ave en su canto,
libere toda su flama;
que mi amor está corriendo
por mis venas, como lava.

lunes, 17 de enero de 2011

¡Necios!

¡Necios!
Por no dejar en sus frentes
una afrenta más magnánima,
la de aquella que acompaña
al error reconocido,
y aceptar el justo castigo
de aquello que han perpetrado
con  premeditación y alevosía
sus conciencias acallaron.
¿NO hubiese sido mejor
reparar el triste daño
y sin sombra de falsía
arrimarse arrepentidos
a la persona herida
tras el hecho consumado?
¿NO tendría mas nobleza
poder bajar la cabeza
en honesta humillación
por la ofensa cometida
y con toda valentía
al hermano pedir perdón?
Pero en terca obcecación,
por no ver su arrogancia herida,
dan un giro temerario
a los hechos consumados,
se acercan al ofendido
y le preguntan dolidos
¿Por qué me has hecho tal daño?






sábado, 18 de diciembre de 2010

Soneto a la amistad


Surgiste a mi vida y me dejaste
regado de tus huellas un sendero
alumbrado con estrellas y  luceros
que por toda mi vida prodigaste,

y el perfume del amor que regalaste
llena tanto mi existencia de alegría
que al recordarlo me sonrío todavía
por la suerte que tuve al encontrarte.

Y aunque tanta distancia nos aleje
no hay tiempo que diluya el afecto
que supimos fundar entre los dos…

La amistad es un lazo que entreteje
el don de este cariño mas perfecto
que derrumban las murallas del adiós.


viernes, 17 de diciembre de 2010

Vuela raudo, corazón


Vuela raudo, corazón, a media tarde,
cuando el sol aún no ha depuesto su tibieza
y coloca humilde a sus pies la fina pieza
del poema del que mas has hecho alarde.

Aunque veas que por desatento no se arde
de las ganas, contagiado por tu entrega,
tú no dejes de insistir, mas llora y ruega
y tu empeño no abandones y se guarde.

Que después ya será noche y nuevo día
y pude que la emoción entre en descuido
condenando a este amor tan apreciado

a incinerarse al calor del medio día
o en la noche se oscurezca lo sentido
y el amor que por él tengo sea olvidado.

Invitación al deseo


Permite que emprenda en el mapa de tu cuerpo
una nueva carretera que opaque a otros senderos
que trazados en antaño, no por viejos, verdaderos,
y se echarán a un costado, cediendo paso al deseo.

Que se revele el atisbo de un buen sueño sereno,
que te parta del asombro el descubrir algo nuevo.
La admiración que te gane desechando por entero
aquella impuesta certeza de tener todo resuelto.

Que nueva corriente arrebate tu ilusorio cortejo
de ficciones que navegan por un quieto mar de espejo.
Las aguas ya no son mansas, son rebeldes, turbulentos
remolinos que la vida te va alcanzando y venciendo.

Solo deja que descubra sin censuras ni tormentos
la borrasca agitada que se guarece en tu pecho.
Y pugno por presentarme y devorar sentimientos,
como lobo que en la estepa, divisa presa, de lejos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Compañero de ruta


Que bello, que bello es mirarte
en el fondo de tus ojos, y en tus manos
encontrar el calor que me transmite
la perfecta compañía que he anhelado.
Que bello es disfrutar de tus silencios,
tus secretos, tus afanes y alegrías,
que bueno que es saber que formo parte
de un espacio importante en tu vida;
Que le das a mis palabras la certeza
de ser muy respetadas y atendidas,
que te importa lo que digo y lo que hago,
que pendiente estás de mí todos los días.
Que justo que te cabe el concepto
de compañero en la ruta de la vida.
De a poco los dos fuimos forjando
una historia sin paridades ni cuantía,
porque solo es nuestra historia y no cabe
compartirla con ningún que no la viva.
Ni los hijos que esperamos con cariño
 pueden vislumbrarla en su medida,
ya tendrán ellos tiempo de crearla
a su manera, a su criterio, a su conciencia,
y ese día juntaremos nuestras manos
en emoción sostenida y manifiesta
de saber que lo que con amor hemos formado
lleva mucho de nuestra sangre y nuestra esencia.

Oración



Dame, Señor, la paciencia, que el corazón me resigna,
dame por toda consigna vencer a la insuficiencia,
permite una vez más que tus lecciones aprenda
con toda ciencia y doctrina que me diste de experiencia.

Hazme hombre de valor, el más humilde de todos,
que comprenda ante todo que significa Tu amor
y que acudan a mi mente los más claros sentimientos
que me domine el entendimiento y no la furiosa pasión.

Que no olvide que soy hombre y que nací del polvo,
que tus manos me han formado y al polvo volveré
y que la vida es un soplo, viene, se queda y se pasa,
y tu misericordia me abraza, y a tu amor me rendiré.

Dame Señor las cosas que por mi sola no puedo,
que no olvide jamás que en todo dependo de Ti
y en cada cosa que haga buscar tu favor pretenda
que tu grandeza me venza y seas todo para mí.

La primera vez que te vi



Volviendo a recordar aquella tarde
más de un suspiro volado se me cuela,
y el aire se comprime en emociones
que me llevan directo hacia tus piernas.
¡Que lindas y armoniosas caminaban
al compás de tu rítmica cadera!,
parecía que bailaban algún tango
y que podían fascinar a quien quisieran.
Buscando el camino hacia tus ojos
te recorrí, palmo a palmo, toda entera;
y quedé totalmente deslumbrado
esa vez que te vi por vez primera.
Se me nubló la vista y en un segundo
la caricia de tu voz me seduciera
conduciéndome en oleadas a un rotundo
sobresalto que hizo polvo a mi entereza.
Me sonreíste, y mi cuerpo tambaleante,
quedó tieso, sin huir, me despertabas
el deseo de mi boca por tus besos.
No intenté resistirme...  me hechizabas.
Me excitaban tus gemidos en el lecho,
tus ojos por completo me extasiaban
y afiebrando a la piel sobre mis huesos
el corazón como un potro galopaba.
Bebí cada una de tus mieles,
especiales los fluidos de tu cuerpo,
recorrí tus lomadas, tus llanuras,
con mis manos tremulantes de deseo.
No te siento más mía porque me has dado
el mas pasional de tus excesos,
te siento mía porque el alma
me la diste al prometerme amor eterno.
Todavía me acuerdo de esa tarde
y suspiros de mi boca se liberan
recordando la emoción que he sentido
esa tarde que te vi por vez primera.

Rencor


Escuchaba bajo el peso de su mano
el sonido de la piel cuando se abría,
sin embargo esa boca que reía
se contuvo en un arrojo sobrehumano.

No podía el dolor ser mas humano,
¡suelta en ayes!¡arranca una agonía!
no conviertas en miseria tu porfía
y no hagas de tu orgullo el soberano.

Luchó solo sin ceder su suficiencia
y no miró a esos ojos que lloraban
humillados y pidiéndole clemencia.

Y mas tarde la entereza masacrada
fue el mas grande castigo recibido
que a ella no haber sido perdonada.