miércoles, 26 de enero de 2011

Prefiero el silencio

Prefiero el silencio, porque si callara
nadie advertiría todo mi dolor.
Porque no me quieres, fatal puñalada
hundida en el centro de mi corazón.

Que nadie se percate de mi infortunio,
para ello he hecho un pacto de muerte,
contra vos, amante, que me heriste artero,
¡que nunca lo sepas! que agonizo al verte.


Tú no me delates... ojos traicioneros.

¡Déjalo, infeliz!

¡Déjalo, infeliz! Y acalla ya tu llanto,
para aquello que la vida hoy te niega
usa la razón, y no el espanto ,
y sacude esa modorra lastimera.

¿Qué parte no entendiste? Dime;
que en noches de juergas trasnochadas
esa flor se trasplantó a otros jardines
y a ti no te dejó ni una excusa ni más nada.

Tan pedestre son tus gimes quejumbrosos
que no llega a una cuota de alto cielo .
Tus reclamos son por ende desastrosos
como necios pueden ser hoy tus desvelos.

Si en verdad buscas que la vida te conforte
mejor es que reclames un destino
donde al próximo doncel que te haga la corte
no lo elijas con premura y desatino.

Busca hidalgo…que tu nombre honre,
busca señor…para que seas su dueña,
busca varón…para que en él te ampares,
y busca hombre…con los pies en tierra.

Si no lo entiendes ¡allá tú! prosigue,
y procúrale a tu vida desencantos,
y al próximo marrano al que aspires
dale tu energía, tu sudor y tus quebrantos.

Cuando yo me vaya

No te quedes solo cuando yo me vaya,
no te quedes triste gimiendo y sufriendo,
atalayes tu vida con altas murallas
ni quieras dormirte en un sueño eterno.

No me pidas nunca que no te lo pida
porque si no lo hiciera mi fervor es vano.
Lumbre que se apaga es la llama mía,
en la idolatría de un altar pagano.

Dime que me quieres, y por ese empeño,
arremetas bravo luchando y venciendo
a cada escollo que el vivir te imponga
a fuerza de risa, de amor y denuedo.

Acepta y me iré en paz y tranquila,
por la rotunda certeza que habré adquirido
que con manos calmas cerrarás mis ojos
y habrá una sonrisa cuando haya partido.

Ilusión

Que no seas, Ilusión, en esta vida,
una estela en el mar que se dispersa.
Que la noche apretada no te ahogue
y que el día trabajoso no te venza.

Que te entierres y te arraigues en mi pecho,
que te azoten vendavales y tormentas,
que la sed y el hambre te desmayen,
pero luego, obstinada, te reinventas.

¡Para que entonces, agotar las horas,
pensando que el mañana otra ilusión despierta!
si el hoy es tan certero y tan factible.
Te propongo, Ilusión, abre tus puertas.

Vive un día a la vez, Ilusión tonta,
vibra en mi cuerpo, dame una meta,
dibuja en mi cara una sonrisa,
y si falla mi confianza dame fuerza.

¡Qué linda eres, Ilusión, sos mi tesoro,
te he reencontrado al final de mi existencia.
por eso yo te quiero y yo te adoro
porque sumaré a tus ganas mi experiencia.

Ojos equivocados

No muta el ave en su callado vuelo,
ni se transforma el aire en abrazo leve,
no cambian los motivos de un desvelo.
ni varía la lluvia en llanto cuando llueve.

Son tus ojos que los que están equivocados
porque lo que ves, los otros no perciben,
por el mal consejo de tu corazón alado
vives en los sueños que en los otros viven.

Te amé por un tiempo

Te amé por un tiempo. Fue todo tan lindo…
tesoro guardado en el corazón.
Cuánto nos amamos no tiene importancia
porque en realidad, ya, a la distancia,
apenas te acuerdas de mi y yo de vos.

Cuando estás enojado

Cuando estás enojado la música espanta
y cuando estás triste te acaricia el alma.
Pero cuando ríes ¡pero cuando ríes!
besas los oídos de aquellos que te aman.

Ojos sensibles





Pesa el ancho vuelo de la mariposa
en los ojos de aquel que es sensible.
Se oprime en emociones las palabras
y explota en la prosa de un suspiro audible.

Problema de adultierio

Si todo este amor que lo turba,
en espanto y encubierta villanía,
más de culpas quiere ser sobreseído
alegando que de él no fue la culpa.
Y entonces confundida me pregunto:
¿pero será que me encontré con un parejo
que si los pusiera frente a frente cual espejo
ni siquiera una discrepancia existiría?
A tal punto a llegado su falsía
que me endilga toda culpa de haber sido
la urdidora de un error inmerecido
a su alta y majestuosa investidura.
Que mis lazos cazadores acallaron
en extrema alevosía a sus implores
que ahora se revelan vengadores
a toda la infamia que le he hecho.
Y por lo tanto no me da el derecho
 de lo que él dice he cometido
y me manda derechito al patíbulo
sin siquiera poderme defender
¡Ay, cielos! Que más debo padecer
por haber equivocado mi camino
y fijarme en un hombre que es casado,
que después de que mi néctar ha libado
¡soy una engañosa y él un cándido engañado!

Gigante devaneo

No es raro el gigante devaneo
que se desliza perenne y con porfía
a todo aquello, que en la vida mía,
vidente oculto y cegado veo.

Y la realidad que se mantiene esquiva
de cuantas cosas que no creyendo creo
pueril, parecen sueños de un mancebo
en lugar de un hombre de mente altiva.

Y si me enredo entre vida y muerte
mejor fuera ser muerto entre los vivos
porque los goces que con soñar recibo
se dirimen entre verte y no más verte.

Pero al fin, dicho ha que no me ama
y condenado a un fiero desatino
seguiré pidiéndole al destino
no oír que su amor por mi no clama.