miércoles, 26 de enero de 2011

Rosa


Su dolor no llame agudo
quien llora con frenesí,
el gran sentimiento es mudo
¡triste es aquel que no pudo
decir siquiera: ay de mí!

Juan de Iriarte





Rosa sufría su amor
en lacerante agonía
y de sus ojos partían
las lágrimas del dolor.

Y negada al calor
del consuelo del olvido
el daño por ella servido
era su dueño y señor.

Y con tozudez rotunda
el desamor era su apego
que la sumía en el anego
de una miseria fecunda.

Más un día inolvidable
Rosa salió a la calle
e hizo el destino que halle
una lección imborrable.

Arrumbado contra un muro
se hallaba un perro sarnoso
de aspecto desastroso
y el cuerpo por el frío duro.

No se que divina alborada
hizo entrar en su mente
la necesidad conciente
que del perro era esperada.

Y sacose su cobertor
con que cubrió al canino
y juntos fueron en camino
hacia la casa del doctor.

Y la vida a la sazón
le hizo entender a Rosa
que a veces pasan las cosas
por una buena razón.

Que mientras ella perdía
entre aflicciones sus horas
siempre hay alguien que te adora
y espera tu simpatía.

Solo basta que se entienda
que la vida es en esencia
una mano que precisa
y otra mano que se extienda.

Déjame expresarme


Como expresar lo que siento si con palabras no logro
decir la frase perfecta que describa mi estremecimiento.
Si advierto el pecho ahogado en esta búsqueda estéril
de encontrar la bella forma de afirmar mi sentimiento.

Déjame expresarme, déjame por favor, que muero.
Se petrifica el lenguaje, se agiganta mi dolor,
porque no me alcanza el hecho de amarte, amado mío
déjame, correspondiéndome, a que te haga el amor
.

Resignación


Ya no hables más, Corazón y demuestra entereza,
acepta con la cabeza aquello que se te niega;
no sufras deslealtad y no des más de tu entrega
no hubo error ni agravio, ni hubo alguna flaqueza.

Si él no te quiere mas, no reclames, no persigas
aquello que se acabó, detente un poco y olvida.
Sufre en silencio solo por si se te va la vida
confiesa tu desamor, que en negarlo te castigas.

Que sea un secreto de a dos esta aflicción compartida,
yo no contaré tu pena y tú no contarás mi desdicha,
¿que ganas con insistir con premisas que encaprichan?
deja a tu amor partir y apura la despedida.

¿O moriremos los dos en esta lenta agonía?
¡basta!, que ya no soporto tu terrible letanía
no creas que con sufrir enalteces tu elegía
los amores no se fuerzan ¿no lo entiendes todavía?

Corazón humano

Busca alivio, Corazón, busca la paz de lo eterno,
¿qué ganarás con sufrir aquello que estás sufriendo?
deja aquello que te daña, ¿no ves que te estás muriendo?
parece que te regodearas con dolores del averno.

¿Quién te a dicho que hay una vida, donde todo es polvo y cieno,
y que después de vivirla ya nada mas hallaremos?
Ten paciencia, Corazón, esto es un viaje hacia el cielo,
uno sufre, aquel canta, pero los dos moriremos.

Hoy eres corazón humano, pero eso es un lapso pequeño,
tu verdadero destino te lo ofrecen los cielos.
Aquel que te da la vida, no rechaces su consejo
en un corazón divino quiere darte eterno vuelo

¿Quien serás en rechazarlo? en el mas vil de los muertos
que vivirás esta vida entre dudas y tropiezos,
no alcanzando nunca paz ¡oh Corazón engañoso!
deja que mi Alma se salve, no te interpongas, tramposo.

Vanidad

Pero que placer tan excesivo
es aquel que se erige incomparable
a cualquier otro placer que haya nacido.
Sin duda alguna el mío ha sido
el mayor de todos los placeres,
reverente me otorgo los laureles
que con igual justicia han merecido
Storni, Calderón o Gracilazo.
Pero no llega su genio ni a un atisbo
que pueda describir a mis placeres,
ya que nadie más que yo de amante tiene
a mi yo, a mi persona y a mi mismo.

Prefiero el silencio

Prefiero el silencio, porque si callara
nadie advertiría todo mi dolor.
Porque no me quieres, fatal puñalada
hundida en el centro de mi corazón.

Que nadie se percate de mi infortunio,
para ello he hecho un pacto de muerte,
contra vos, amante, que me heriste artero,
¡que nunca lo sepas! que agonizo al verte.


Tú no me delates... ojos traicioneros.

¡Déjalo, infeliz!

¡Déjalo, infeliz! Y acalla ya tu llanto,
para aquello que la vida hoy te niega
usa la razón, y no el espanto ,
y sacude esa modorra lastimera.

¿Qué parte no entendiste? Dime;
que en noches de juergas trasnochadas
esa flor se trasplantó a otros jardines
y a ti no te dejó ni una excusa ni más nada.

Tan pedestre son tus gimes quejumbrosos
que no llega a una cuota de alto cielo .
Tus reclamos son por ende desastrosos
como necios pueden ser hoy tus desvelos.

Si en verdad buscas que la vida te conforte
mejor es que reclames un destino
donde al próximo doncel que te haga la corte
no lo elijas con premura y desatino.

Busca hidalgo…que tu nombre honre,
busca señor…para que seas su dueña,
busca varón…para que en él te ampares,
y busca hombre…con los pies en tierra.

Si no lo entiendes ¡allá tú! prosigue,
y procúrale a tu vida desencantos,
y al próximo marrano al que aspires
dale tu energía, tu sudor y tus quebrantos.

Cuando yo me vaya

No te quedes solo cuando yo me vaya,
no te quedes triste gimiendo y sufriendo,
atalayes tu vida con altas murallas
ni quieras dormirte en un sueño eterno.

No me pidas nunca que no te lo pida
porque si no lo hiciera mi fervor es vano.
Lumbre que se apaga es la llama mía,
en la idolatría de un altar pagano.

Dime que me quieres, y por ese empeño,
arremetas bravo luchando y venciendo
a cada escollo que el vivir te imponga
a fuerza de risa, de amor y denuedo.

Acepta y me iré en paz y tranquila,
por la rotunda certeza que habré adquirido
que con manos calmas cerrarás mis ojos
y habrá una sonrisa cuando haya partido.

Ilusión

Que no seas, Ilusión, en esta vida,
una estela en el mar que se dispersa.
Que la noche apretada no te ahogue
y que el día trabajoso no te venza.

Que te entierres y te arraigues en mi pecho,
que te azoten vendavales y tormentas,
que la sed y el hambre te desmayen,
pero luego, obstinada, te reinventas.

¡Para que entonces, agotar las horas,
pensando que el mañana otra ilusión despierta!
si el hoy es tan certero y tan factible.
Te propongo, Ilusión, abre tus puertas.

Vive un día a la vez, Ilusión tonta,
vibra en mi cuerpo, dame una meta,
dibuja en mi cara una sonrisa,
y si falla mi confianza dame fuerza.

¡Qué linda eres, Ilusión, sos mi tesoro,
te he reencontrado al final de mi existencia.
por eso yo te quiero y yo te adoro
porque sumaré a tus ganas mi experiencia.

Ojos equivocados

No muta el ave en su callado vuelo,
ni se transforma el aire en abrazo leve,
no cambian los motivos de un desvelo.
ni varía la lluvia en llanto cuando llueve.

Son tus ojos que los que están equivocados
porque lo que ves, los otros no perciben,
por el mal consejo de tu corazón alado
vives en los sueños que en los otros viven.