sábado, 20 de agosto de 2011

Yo sucumbo

Yo sucumbo ante el mas pequeño roce
de tu aliento que en tus besos me regalas;
me fascino con tu embrujo envolvente,
cuando vuelcas en mi oído tus palabras.
Y mis ojos se corren hasta el cielo
y se fijan en un punto de la nada,
me entrego sin reservas a tu cuerpo
que subyuga a mi alma enamorada.
El amor que está dormido entre tus piernas
se despierta como un lince en una rama,
que se lanza en vorágine de sueños
y explotan en mi vientre que te llama.
Entonces el deseo mas soñado
se hace carne, pero carne apasionada.

Quiero amarte en el silencio

Quiero amarte en el silencio,
y amarte en el sonido
que me dejan los acordes
de tus ojos, cual latidos
que acompaña el pestañeo
al amor de tu mirada...
que se goza en nuestro lecho
y me tiene enamorada.

Derrótame, Vida

Derrótame, Vida, que a ti me entrego,
cuántas rutinas tenemos compartidas,
cuánto viaje, cuanto andar, cuanto deseo,
cuántas veces reiniciamos la partida.
Un transporte a tu vivir fueron mis huesos
y mi piel el receptáculo de tu alegría,
por mis ojos y oídos te metías a mi seso
procesando en mi memoria tu homilía.
Vénceme sin compasión y sin medida,
aniquílame los retoños de porfía,
no te vuelvas mi más tenaz tormento,
dame nuevo andar y nueva expectativa.
Basta ciencia, basto error, basto consejo
mellaron mi voluntad que se ha agotado
no desoigas el reclamo desgraciado
¡quiero vida y sobre vida y no proceso!
que no sea un vacío cúmulo de horas
necesito renacer y un pequeño retroceso
al añorado contentamiento y vitalidad.
Salomón en su discurso ya decía:
“El vivir del hombre es vanidad”.

Bebe Ausencia, bebe las penurias de mis lágrimas


¡Qué fácil es hablar de dolor en esta vida!
y que difícil hablar de la alegría milenaria
que negamos ingratos, tantas veces,
y preferimos idealizar otras palabras.
¡Qué locuaz es la tortura al poeta!
¡qué enredada y engañosa es la patraña!
Tan sublime es la palabra de despojo
que rueda por la vía solitaria
donde a ningún lugar nos lleva
y nos tira de cabeza a lo fatuo, lo horrendo,
nos revuelve, nos desgarra.
Pero allí volvemos una y otra vuelta,
y pensamos que hacemos arte y no artimaña
de un corazón tramposo y mal sentido
que nos miente, nos humilla y nos engaña.
Si prosigues te encadenas, si te rindes
no te rindes, te restauras,
empieza a beber de la copa de la vida,
comienza a sentir que no eres nada
y vuelve a asimilar lo verdadero,
lo pequeño, lo sublime y lo que alcanza:
que estás de paso en este mundo
y mientras haya vida hay esperanza.

Cuando el amor termina

¿Cual es el motivo, razón o cuidado
para que ahora no estés a mi lado?
Porque me pregunto

¿qué he hecho,que he hecho?
 para que a mi amor
lo arranques de tu pecho.
Pero es cosa tuya, yo ya he intentado
darte cuanto tengo, grande o desgraciado.
Y si eres esquivo a todos mis ruegos
respeto tu ausencia, me vale, por cierto,
que cuando termina el amor es eso:
una grande pena, un gran desconcierto.

Puedo? Cuándo?


-¿Puedo convertirme en señor de tus deseos? ¿Cuándo?
- Yo por ello viviré siempre rogando
- ¿Puedo hacerme curador de tus pesares? ¿Cuándo?
- Por tal gracia estaré siempre esperando.
- ¿Puedo ser el centro de tu alegría? ¿Cuándo?


- ¡Cuándo, cuándo, cuándo!
- Cuando cierres por un rato esa boca
- Y concretes la parte que te toca
- Y en lugar de hablar vayas actuando.
Velo por tu insania en todo lugar y momento
Porque al pié de tus locuras enamorada me entrego
Como se entrega la hiedra que vive abrazada al leño
Como se entregan las uvas en póstumo vino añejo.

Porque no eres común cada vez que te contemplo
Y añado a lo que descubro en cada ocasión de vernos
Que tu demencia procure tomar nuestro amor por juego
Quitando la gravedad a lo solemne y lo austero.

Pero por mas que me esfuerce yo se que eso no es cierto
Que la vida está cargada de felices y gratos momentos
Pero también de quebrantos, ansiedad y sufrimientos
Y la alquimia que produce no siempre alcanza al deseo.

Pero admiro tu persistencia y es por eso que te aliento
A que procures colmarme la vida toda de sueños.

Quererte y no quererte


Quererte y no quererte son cosas de la vida,
tu ausencia acalla el gozo mientras contigo viva.
Tu permanencia me eleva a una gracia compulsiva
y mientras estemos juntos la dicha es consabida.

Pero si mañana te fueses, en dolor me partiría,
y el día después de mañana otra alegría tendría

Porque el tiempo te resigna y te cura las heridas
y el quererte y no quererte son cosas de la vida.

Entrar en tu vida

Que raro es entrar en la vida de alguien
a veces se impone, a veces deseas,
otras veces pasa aunque no propongas
y algunas veces te cierran la puerta.

Que sorpresa es el primer encuentro
que llega cargado de expectativa
a veces se cumple, otras veces niega
cualquier preconcepto que tengas por guía.

Entrar en la gente, entrar en su vida,
jamás esta exento de un gran compromiso
  bien para quedarte o nunca más verla
o el que te incluyan sin pedir permiso.

Cualquier impresión que hayas dejado
la primera vez que a sus ojos miras
la acompañará cuando se te nombre
y su boca frunza en desagrado o risa.

Tal vez mucha gente que vive ausente
de todo aquello que otra gente brinda
le parecerá como indiferente
lo que a mi me causa especial delicia

Si tú me permites entrar en tu vida
pondré todo empeño por dar el abrigo
a una expresión que suena a milagro:
que es recrear juntos la palabra “amigos”

Yo te canto Pinamar

Yo te canto, Pinamar y no te asombre,
que mi voz sea de risa y de quebranto,
como muchos que te hemos elegido
vinimos de otras tierras en otros años.

Nos recibiste con tu aire cristalino
y tu cielo muy azul y espejado,
por beber de tu sol nos confundimos
en tu paisaje colorido y encantado.

Y tu mar que se agita embravecido
en las noches oscuras del invierno
como potros son las crestas de sus olas
que cabalgan con locura y desenfreno.

Pero cuando por fin llega el estío
tus playas como el oro refulgente
doma el aire en pereza seductora
y se prepara a recibir a tanta gente.

No te niego; Pinamar, que algunas veces
mi recuerdo se ha perdido en otro lado,
en aquel lugar donde he vivido,
donde muchos afectos he dejado.

Aunque ya han pasado muchos años
agradezco que mis pies pisen arena
y la sabia de tus pinos verde estaño
se confunda con la sangre de mis venas.

No te canses viajero peregrino
de volver año a año a esta tierra.
Pinamar es lo que todos merecemos
si te gusta de gozar las cosas bellas.