sábado, 20 de agosto de 2011

Derrótame, Vida

Derrótame, Vida, que a ti me entrego,
cuántas rutinas tenemos compartidas,
cuánto viaje, cuanto andar, cuanto deseo,
cuántas veces reiniciamos la partida.
Un transporte a tu vivir fueron mis huesos
y mi piel el receptáculo de tu alegría,
por mis ojos y oídos te metías a mi seso
procesando en mi memoria tu homilía.
Vénceme sin compasión y sin medida,
aniquílame los retoños de porfía,
no te vuelvas mi más tenaz tormento,
dame nuevo andar y nueva expectativa.
Basta ciencia, basto error, basto consejo
mellaron mi voluntad que se ha agotado
no desoigas el reclamo desgraciado
¡quiero vida y sobre vida y no proceso!
que no sea un vacío cúmulo de horas
necesito renacer y un pequeño retroceso
al añorado contentamiento y vitalidad.
Salomón en su discurso ya decía:
“El vivir del hombre es vanidad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario