Cuando palpitando arrojas
tu risa loca y divina
y tus ojitos se encienden…
todo mi mundo iluminas.
Tú tienes el don virtuoso
de cancelar mi letanía,
de tornar mi ansia en calma
y de alegrarme el día.
Eres mi pan, mi sustento
mi abrigo en la noche fría,
eres mi canto y mi sueño,
mi pasión, mi poesía.