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viernes, 6 de mayo de 2011

El reclamo de la gente

Suena a santo los reclamos de la gente.
Se aglutinan entre ellos en misión de peticiones
convocando a la justicia que se pierde en evasiones.
Suena a santo, suena a santo...
Como a un mártir inmolado lo suben al estrado para que todos lo vean. Muchedumbre amontonada, toda junta en caravana, marchan y da lo mismo que vistan de traje o sotana.
Suena a santo el reclamo recurrente ¿pero llegará a todos el reclamo de la gente?.
En silencio o con gritos, cacerolas y pancartas,
demandando va la gente cobijada en la esperanza
que los oigan ¡los escuchen!...es una deuda pactada.
Cada marcha, su motivo, cada loco por su causa,
pero en grupo es otra cosa y por eso en grupos andan.
Suena a santo los reclamos de la gente.
¿Quién escucha al campesino en su cabaña? 
¿O al indio, al enfermo, al indigente?
¿Al hachero, al arriero, a la abusada?
¿Al que yace bajo tierra por una  causa injusta?
¿A los niños que se mueren por el hambre y la malaria?.
En fin… la lista es muy larga...
¡Viva la libre expresión! ¡Qué viva la democracia!
La marcha por los reclamos del pueblo, que es
soberano, calle por calle se expande, con una antorcha en la mano.


* Marcha en silencio por el asesinato de María Soledad Morales, en Catamarca

lunes, 24 de enero de 2011

Me dejaste sola

Me dejaste sola en la densa bruma
para que mi alma vague perdida,
y por mas que necia no lo asuma,
mis pesares precipitaron tu partida.

Porque no diste lugar a mi congoja,
ni quisiste aliviar mi desconsuelo,
ahora, a la distancia se me antoja
que escucharme para ti fue un señuelo.

¿Hubiera ido mas allá de este presente
tu supuesta atención interesada?
en lo que supone que todo amor promete
de cuidarnos mutuamente en las malas.

Pero si ante el primer infame desvelo
el ánimo de tu comprensión pronto se cansa,
tu doctrina es cual de muchos de tu temple:
“por el río agua viene, agua pasa”.

lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Látigo!



¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Bestia y domador  protagonizan
una escena execrable que agudiza
mi aversión por la rudeza innecesaria.
Quizás otros la reputen de proeza
pero yo  califico a esa destreza
que viene de edades milenarias,
como a una amalgama de vilezas.

¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Sube la tensión, dominio y sujeción.
-¡Más, más! ¡Somete a la fiera!
Arengan los brutos de dos patas
en emoción que enceguece y arrebata
los vestigios que usan de razón
y revelan la verdad que a hierro mata.

¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Se miden, se vigilan, se toleran.
De a ratos se escucha el reproche
del rugido cavernoso de las fieras.
-¡Más, más! ¡Domina al indomable!
Y humilla con agravios detestables
a todo quien que no haga cual tu quieras.


domingo, 28 de noviembre de 2010

Sonetín



Tú me pides un amor puro y sin defectos
y yo soy de este ancho mundo, pesadilla.
que guarda en el arcón de su buhardilla
la mar de los errores, y solo dos aciertos.

Y es así, para tu asombro y desconcierto,
el primer encantador triunfo fue admirarte
el segundo fue proceder a disfrutarte
con los ojos de engañoso amor perfecto.

Y mas tarde caducada la prudencia
que por fuerza exige toda tolerancia
asumo que no soy joya ni un hallazgo,

ni tú una virginal  y trémula paloma
a la que cada tanto un fallo se le asoma
y que puede exasperar hasta el hartazgo.

La Torcaza



Volando va una torcaza
buscando rehacer el nido,
los árboles se talaron
no escucharon sus gemidos.
Con tanto dolor abandona
su bosquecito querido
¡Pobre torcaza sin casa!
el hombre malo ha venido
a echar abajo tu bosque
y a despojarte de tu abrigo.
Tu maletita en tus plumas
y en tu garganta tu trino,
peladita de ilusiones
te enfrentas con un destino
donde se yerguen los malos
y los buenos han caído.
Muy cerca de tu tesoro
otros niños han perecido,
la guerra ha hecho estragos
sobre su vida y amigos,
sobre su pan y su pueblo,
sobre su trunco destino.
El hombre va contra el hombre
y la torcaza a su nido.
la lección, la moraleja:
solo el hombre es vengativo.