miércoles, 4 de mayo de 2011

Meditación


La memoria, en un  avance permanente
de elección arbitraria y selectiva
va marcando los hechos de la vida
y forjando con pasión nuestro presente.

Y la vida, como un río resurgente
que destila toda clase de experiencias
va enseñando a su tiempo y con paciencia
una gama de vivencias diferentes.

Como en un viaje de oriente a occidente
como el sol que esta en el cenit y declina
permanece aún la luz de su doctrina
después de apagarse en su poniente.

Y la noche que acumula consecuente
con su manto de soledad, silencio y sombra
todo aquello que con hálito se nombra
en el santo amén de un rezo recurrente.

Bien sería que meditemos sagazmente
todo aquello que hemos hecho en el día
para extraer de lo común sabiduría
y admirarnos con un goce permanente.

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