Mostrando entradas con la etiqueta Artículos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Artículos. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de enero de 2012

La escritura, la pintura, la música... son expresiones del alma. El alma de cada quien que la expresa y de cada quien que las acepte. Por sus resultados puedes juzgar que contienen esas almas. Hoy llamamos "magistral" a mucha basura y al delirio que a ella la acompaña, entonces... ¿de qué nos soprendemos cuando la excelencia no rige los parámetros de las aspiraciones? En nuestro compromiso está nuestro porvenir.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Fragmentar las emociones

Fragmentar: es dividir en partes un todo.
Si partimos de esa base y lo tomamos como un axioma, podemos concluir que las emociones también se fragmentan y al dividirse pierden su potencial.
También puedes concluir que las emociones se desarrollan, pero hay un solo nombre para cada emoción: alegría, entrega, amor, y éstas, cuando se atribuyen al plano personal, solo pueden ser dirigidas a una sola persona, a aquella que es el objeto del sentimiento amoroso, no pueden ser repartidos en mas personas como tú no puedes dividirte en partes.
Siempre querrás a una persona más que a otra, y eso es un principio indisoluble (siempre hablando en términos de una relación de amor de pareja).
También la mente se dispersa y se confunde cuando se tiene muchas relaciones carnales, ya que se resigna la entrega por la complacencia, y deja de ser entrega para llamarse concupiscencia y, por qué no, promiscuidad.
Entonces, si te permites promiscuar tu cuerpo en pos de la apetencia momentánea, te volverás insensible al verdadero sentimiento de entrega, a aquel que te hace feliz y mejor persona.
Por lo tanto, lo que estamos haciendo, es fragmentar las emociones en una búsqueda desordenada del fin último, que es el verdadero amor.
Y en esta dilapidación de esfuerzos sin sustento (porque de antemano sabes que no es lo que realmente te gusta ni buscas) aparecen otros aspectos latentes en la personalidad que no conocíamos pero se desarrollan con este accionar, y que es el cinismo y no alcanzar la verdadera empatía con los sentimientos de la otra persona.
Los fundamentos de nuestro devenir se amplían en una gama interminables de excusas que no buscan la verdad sino solo la justificación.
De igual manera, al fragmentar las emociones, te impide de manera cabal desarrollarlas, por lo que en poco tiempo se volverá una búsqueda interminable de la persona adecuada que nunca va a llegar a nuestra vida, porque se habrá desplegado en nosotros un egoísmo absoluto en que creeremos que solo nos tocará el corazón aquel que nos dispense todas la atenciones que se nos ocurra, hasta que se nos haga natural pensar que el verdadero amor es que la otra parte nos pueda satisfacer plenamente y esté a nuestro servicio (cosa imposible de lograr).
Y todo este sentir, no solo nos impedirá crecer como personas, sino que nos frustraremos de continuo al comprobar, una y otra vez, que jamás llegaremos a la meta deseada, como duende que busca el tesoro al final del arco iris, y veremos en cada persona de la apetencia ocasional, como la zanahoria que se pone delante del burro para que este camine sin considerar el verdadero cuándo, cómo ni porqué.
La edad nos da experiencia, pero las malas elecciones de vida no nos dan madurez, por lo tanto, no es de extrañarse que un adulto pueda involucionar en muchos aspectos.
En esta era de individualismo, separaciones, falta de empatía y comunicación, es fácil sentirse desorientado en la búsqueda de la verdadera entrega; entonces preguntémonos cuales son los frutos del verdadero sentimiento de amor, y veremos que el verdadero amor no se sustenta en el egoísmo ni la propia satisfacción, sino, mas bien, en la entrega desinteresada sin olvidarnos de nosotros mismos.
Y este equilibrio que pretendemos tener entre entregar y valorarnos, se respalda el verdadero sentido para lo que fuimos creados y en la dignidad que debemos tenernos como personas.
“No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti” sería una buena manera de revalorar las acciones futuras que tomaremos si pretendemos desenvolvernos con inteligencia en nuestra vida, y por supuesto, tarde o temprano cosecharemos los frutos agradables que toda buena acción trae aparejada.
Nuestro cuerpo y nuestros sentimientos son los únicos que tenemos y debemos cuidarlos, por principio y convicción, y entonces, lejos de perder oportunidades, se acercará a nosotros algo mejor, algo que no conocíamos o de lo que hace mucho no participábamos, porque si pensamos con frecuencia en todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, seremos mejores personas, con la mente lúcida para aceptar lo mejor sin dejarnos llevar por la apariencia, sino por lo superior. Y nos creeremos dignos de recibir tal don.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Sobre las elecciones en Pinamar


La puja de ideales y las propuestas vertidas a lo largo de esta campaña electoral ha llegado a su fin. El pueblo se manifestó una vez mas a través del voto, un bien que nunca deberíamos perder.
En Pinamar el pueblo decidió una vez mas seguir con su ya perpetuado candidato al poder, el Dr. Blas Altieri, entonces cabría preguntarse cuales son las expectativas de la población, que los satisface y q
ue es lo que detestan.
No se apostó a un cambio a pesar de que había otras propuestas postuladas; se siguió eligiendo lo ya conocido o considerando que lo actual es menos malo que lo que se ofreció de nuevo.
Cada población tiene sus propias características y sus propios intereses y decide el rumbo a tomar, la masa mayoritaria hace de su urgencia lo importante.
Con esta elección quedó de manifiesto que la falta de viviendas, la seguridad, la salud y educación, el respeto por las instituciones y la claridad en la gestión, no fue la urgencia predominante para la generalidad.
¿Faltó tiempo material? ¿Hubo falta de compromiso? ¿Hubo errores de campaña? ¿No satisficieron los demás postulados?
Es obvio que no, es obvio que entre las características de este pueblo tan heterogéneo, no predomina la necesidad que se distinguen en otras poblaciones. El bien común no apunta a mirar las carencias de los menos afortunados, aunque los bolsones de pobrezas se hagan cada vez más evidentes y no se los pueda ocultar.
Tal vez se los vaya relegando a una zona que se volverá marginal con el tiempo, tal vez la falta de oportunidades haga que este sector de la población vaya emigrando hacia lugares mas prometedores, o simplemente ahogados por los impuestos tengan que malvender sus propiedades y entonces si, suba la oferta inmobiliaria para beneficio de unos pocos.
A veces el sistema capitalista no es la mejor solución para este tipo de situaciones.
Los amigos de negocios con poder son eficaces y convenientes en una campaña electoral. La demagógica ampliación del hospital acalló muchas mentes confundidas que compraron espejitos de colores sin detenerse a sopesar las incontables denuncias por corrupción que no se aclararon hasta el día de la fecha.
El tiempo dirá si se continuará con un trabajo sostenido y ejemplar de parte de los que en estas elecciones tomaron la bandera de la renovación, y esos votos obtenidos se multipliquen en la esperanza de un Pinamar para todos, un Pinamar sin corrupción, un Pinamar que sea el gozo y el orgullo de sus habitantes.
A los que no los urge la necesidad de igualdad les digo: ustedes serán los principales responsables de este viaje en picada hacia el desorden social.
Pero si, hay un 62% de la población que se ha cansado, y son muchos más los que no tienen voz. Por todos ellos, no bajemos los brazos, sigamos luchando con verdadero patriotismo, con verdadera vocación de servicio, educando al soberano en sus derechos y obligaciones, ayudando a inculcar el amor por su terruño, sintiéndose orgullosos de vivir en Pinamar.
Mis saludos a todos los que trabajaron en estas elecciones, dejando de lado muchas cosas personales, dando su tiempo, su dedicación. Y al electorado, por participar y a este sistema democrático por hacer valer la voluntad de la mayoría, que estemos de acuerdo o no, debemos respetar.

domingo, 7 de agosto de 2011

A vísperas del 25 de mayo de 2.011

A vísperas de los festejos del 25 de mayo, una fecha tan entrañable para todos los argentinos, en Pinamar nos disponemos a festejarla a full gracias a los oficios de nuestro sr. Intendente, el dr. Blas Altieri, que nos ha convocado para ese día a concurrir al desfile  ya tradicional en la calle principal.
Y teniendo en cuenta el espíritu de tal festejo, deberíamos asistir con  la cabeza bien en alto y con el orgullo de ser argentinos, ya que un día como este, de 1810, el pueblo se autoconvocó a las puertas del cabildo para pedir  cortar con las cadenas que nos unían a nuestra madre patria y ser soberanos al tomar sus propias decisiones.
El deseo de autonomía es intrínseco en el ser humano, nacemos con la avidez de hacer nuestra voluntad, y es la misma sociedad las que nos va formando e instruyendo para que podamos ser capaces de adaptarnos a las normas que rigen en dicha comunidad.
Pero muchas veces, el eje normativo de las mismas se diluyen, ya sea por falta de decisión o incapacidad de sus gobernantes, a los que las circunstancias adversas se los superan, y eso conlleva un caos institucional, o al menos a un desorden según sea el ámbito del que hablamos.
Este hecho se ve reflejado en la escuela, donde uno de los motivos es el decaimiento de la economía de la clase trabajadora, donde ambos padres están obligados a ausentarse por demasiadas horas de sus hogares dejando a sus hijos sin su continua supervisión. Y estos hijos, que tienen necesidad de vigilancia, comienzan a actuar con el libre albedrío que les da la falta de experiencia de sus escasos años.
Cuando trasladamos a estos niños y jóvenes a la escuela, si las normas que en ella se ejerce no son estrictas se comportarán de la misma manera como se manejan en su ámbito cotidiano.
Por otro lado, la presión de las leyes que ejerce el Estado sobre directivos y docentes les impide tomar medidas disciplinarias suficientes para mantener un orden dentro del establecimiento educativo.
Sin embargo, esto tampoco termina aquí, la falta de lineamientos también se ve reflejada en los adultos, donde, descreídos de lo que debería ser la exacta repartición de la justicia, también asumen una especie de comportamiento ambivalente que pone en peligro su propia integridad.
Esto a su vez es observado por nuestros jóvenes, y aunque parezca que esta falta de integridad moral no tuviera consecuencias negativas, el propio  individuo es socavado en su misma persona convirtiéndolo en alguien imposibilitado primero, de tener decisiones propias en cuanto a lo que esta bien y lo que esta mal, y luego someter su voluntad a la personalidad mas prominente del momento.
La gran proliferación de planes sociales que conducen al facilismo y a quebrantar el deseo de prosperidad personal, se convierte en un adormecimiento del deseo de superación . Hoy vemos muchas manifestaciones reclamando mas planes trabajar, o subsidios, o viviendas, pero difícilmente un número igual de personas se congreguen para pedir trabajo, o las herramientas necesarias para emprender un medio que redunde en el sostén propio. Y este modelo desesperado por distribuir la riqueza, no es interpretado por miles de personas que no han tenido la suerte de aprender de la cultura del trabajo porque, finalmente, el rédito del trabajo no los dignifica, no les permite prosperar, acercarse a una vivienda digna, vacaciones, ni a la educación y salud adecuada a la que debería acceder por ser ciudadanos útiles para la comunidad.
Esa permanente frustración eclosiona cuando la necesidad de elección se torna confusa, porque la realidad no es lo suficientemente clara.
Cuando eso ocurre, es esperable que se tome  el atajo más accesible, porque total, el esfuerzo antes hecho no han dado un resultado satisfactorio.
Y esto tampoco termina aquí. De a poco, al dejar nuestro presente en manos de quienes (y nunca mejor bien dicho) dirigen nuestros destinos, acatamos sus demandas sin siquiera tomarnos la molestia de analizar sus consecuencias, y sin cuestionar optamos sumirnos bajo un yugo de gobierno paternalista comprando la consigna de que nadie mas que él, puede sacarnos adelante y cuidar de nuestra existencia.
Por años el modelo a funcionado de maravillas para nuestras clases dirigentes, y seguirá funcionando en tanto y en cuanto, la adormilada conciencia ciudadana no despierte, y, como un 25 de mayo, reclame por sus derechos de independencia y autonomía.