viernes, 10 de diciembre de 2010

La primera vez que te vi



Volviendo a recordar aquella tarde
más de un suspiro volado se me cuela,
y el aire se comprime en emociones
que me llevan directo hacia tus piernas.
¡Que lindas y armoniosas caminaban
al compás de tu rítmica cadera!,
parecía que bailaban algún tango
y que podían fascinar a quien quisieran.
Buscando el camino hacia tus ojos
te recorrí, palmo a palmo, toda entera;
y quedé totalmente deslumbrado
esa vez que te vi por vez primera.
Se me nubló la vista y en un segundo
la caricia de tu voz me seduciera
conduciéndome en oleadas a un rotundo
sobresalto que hizo polvo a mi entereza.
Me sonreíste, y mi cuerpo tambaleante,
quedó tieso, sin huir, me despertabas
el deseo de mi boca por tus besos.
No intenté resistirme...  me hechizabas.
Me excitaban tus gemidos en el lecho,
tus ojos por completo me extasiaban
y afiebrando a la piel sobre mis huesos
el corazón como un potro galopaba.
Bebí cada una de tus mieles,
especiales los fluidos de tu cuerpo,
recorrí tus lomadas, tus llanuras,
con mis manos tremulantes de deseo.
No te siento más mía porque me has dado
el mas pasional de tus excesos,
te siento mía porque el alma
me la diste al prometerme amor eterno.
Todavía me acuerdo de esa tarde
y suspiros de mi boca se liberan
recordando la emoción que he sentido
esa tarde que te vi por vez primera.

Rencor


Escuchaba bajo el peso de su mano
el sonido de la piel cuando se abría,
sin embargo esa boca que reía
se contuvo en un arrojo sobrehumano.

No podía el dolor ser mas humano,
¡suelta en ayes!¡arranca una agonía!
no conviertas en miseria tu porfía
y no hagas de tu orgullo el soberano.

Luchó solo sin ceder su suficiencia
y no miró a esos ojos que lloraban
humillados y pidiéndole clemencia.

Y mas tarde la entereza masacrada
fue el mas grande castigo recibido
que a ella no haber sido perdonada.

La mujer que esta dentro de mi

La mujer que está dentro de mí
se levanta ocupando su lugar,
desbastando a quien la quiera sojuzgar
por las miles que prefrieron ver morir
a sus sueños y al derecho de soñar.

La mujer que dormida en mis entrañas
era presa de unas hordas carceleras
de prejuicios ¡ya ha roto sus cadenas!
y se eleva a las alturas de montañas.

Como alas abriré largos mis brazos
que me lleven a comerme los caminos,
sea Yo, la que elija mi destino,
sea Yo, la autora de mis trazos.

Con valor y osadía inquebrantables
lucharé por amor a mí y a ellas,
que ahogadas por beberse tanto llanto
enmudecen al abuso y al espanto
de creer que merecen tal condena.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Anita y sus gatitas


-Anita ¿Adónde vas tan bonita
con tanto arreglo y primor?
-Voy a llevar a mis gatitas
a la casa del doctor.

A una se le quemó el bigote,
y la otra tiene tos
y las veo tan enfermas
que me da mucho dolor.

-Yo tengo un remedio bueno
para el bigote y la tos,
un poco de cariñito,
y otro poquito de amor.

Cuando la volví a ver
me dijo -Ya se curó,
la del bigote quemado
otro bigote creció.

Y la que tiene, pobrecita,
un poquitito de tos,
la tengo en su canastita
y le doy mucho calor.

Y para que se cure pronto
voy a comprar caramelos,
y un montón de galletitas
que le sirvan de consuelo.

-¿Y a quién vas a consolar,
a la gatita o a vos?
-Es que si ella me ve contenta
se siente mucho mejor.



La batalla final


El Arcángel Miguel es Jesucristo



Son miles los dioses agrupados
en partidas de cien, todos en fila,
cerca de la muerte que titila,
exhibiéndose otra vez desesperados.

Allí van, desfilando numerados,
el dios Sol, dios Ave, diosa Luna.
ostentando majestad real ninguna,
tan solo una bandera de prestado,

procurando retener impíamente
el reino que tenían usurpado.
Una espada blande refulgente

el Arcángel Miguel está al frente,
se abaten los dioses de demonios
devolviendo el reino arrebatado.




lunes, 29 de noviembre de 2010

¡Látigo!



¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Bestia y domador  protagonizan
una escena execrable que agudiza
mi aversión por la rudeza innecesaria.
Quizás otros la reputen de proeza
pero yo  califico a esa destreza
que viene de edades milenarias,
como a una amalgama de vilezas.

¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Sube la tensión, dominio y sujeción.
-¡Más, más! ¡Somete a la fiera!
Arengan los brutos de dos patas
en emoción que enceguece y arrebata
los vestigios que usan de razón
y revelan la verdad que a hierro mata.

¡Látigo, chasquidos, látigo, látigo!
Se miden, se vigilan, se toleran.
De a ratos se escucha el reproche
del rugido cavernoso de las fieras.
-¡Más, más! ¡Domina al indomable!
Y humilla con agravios detestables
a todo quien que no haga cual tu quieras.


Canción a Corrientes



Son ríos de dulzura que corren por tu nombre
que llevan en su acento la estirpe del guaraní,
y el cielo al descubierto anegado de luceros
 alumbrando tus senderos, mi preciosa Taragüí.

Surge de las aguas pardas la luna de caramelo
portando en sus colores la savia del Paraná,
tu estampa ensortijada por bañados y esteros
recordarla me emociona al grito de un sapucai.

Estribillo
Danza, danza, danza, danza, mi Corrientes
me envuelve el ensueño de loca adoración
atesoro con mis manos tu tierra tan amada
y con voz enamorada hoy te entrego mi canción.

Corrientes te haces sangre que corre alocada
en una pasión vehemente que sube en espiral
y explota en un delirio que arroja su alegría
derrochando algarabía cuando llega el carnaval.

Blasones y estandartes son tus firmes palmares,
de antiguas poblaciones que resisten la erosión
del tiempo y el olvido, custodiando tradiciones
y se quiebra en emociones el retardo de un adiós.

Quiero que lo sepas


  
Quiero que lo sepas. En ronda nocturna
me visita el sueño de tus ojos negros,
y allí me detengo, me quedo extasiada,
y prosigo alerta hasta la madrugada.
Quiero que lo sepas. Mi esperanza es niña
y se levanta al alba,  trabajando alegre
sin decaer nunca, sin perder la clama.
Quiero que lo sepas. Se juntan sonrisas
hiladas en nácar, y como un rosario
que a tu cielo llama, rezan
en silencio los labios que exhalan
profundos suspiros en sábanas blancas.
Es risa de niños tus pies que avanzan,
porque al sonido de tus pasos lanzas
el acorde loco que agitado clama
acortar un poco todas las distancias.
Quiero que lo sepas. El aire se cubre
de un halo, de un signo, de celo y nostalgia
cuando tu ausencia no me reconoce,
 oprimiendo el pecho, conturbando el alma.
Pero el pensarte es toque de aldaba,
me vuelve la risa, me cambia la cara.
Quiero que lo sepas, estoy enamorada.

domingo, 28 de noviembre de 2010

La Familia



La noche es propicia, descansemos un rato,
sentemos juntos, muy juntos los cuatro.

Los padres, los niños la mesa comparten
los juegos, la risa, la tertulia afable.
Cosas no comunes ya por estos días
estos especiales ratos memorables.

Hogar y familia, amor y cariño,
alivio a los padres, refugio a los hijos,
y el ángel del cielo, un mudo testigo
a Dios le comenta aquello que ha visto.

-Hoy vi a una familia en reposo y calma,
todos se querían, todos se ayudaban.
La madre virtuosa, el padre prudente
y con alegría los hijos jugaban.

-La hora del culto era muy esperada
y con reverencia se arrodillaban
para pedirte con toda sus almas
que con tu bondad bendigas la casa.

Cosas no comunes, esto que acontece…
La familia que ora, unida permanece.




Sonetín



Tú me pides un amor puro y sin defectos
y yo soy de este ancho mundo, pesadilla.
que guarda en el arcón de su buhardilla
la mar de los errores, y solo dos aciertos.

Y es así, para tu asombro y desconcierto,
el primer encantador triunfo fue admirarte
el segundo fue proceder a disfrutarte
con los ojos de engañoso amor perfecto.

Y mas tarde caducada la prudencia
que por fuerza exige toda tolerancia
asumo que no soy joya ni un hallazgo,

ni tú una virginal  y trémula paloma
a la que cada tanto un fallo se le asoma
y que puede exasperar hasta el hartazgo.