sábado, 10 de septiembre de 2011

Luego de tanto...

Luego de tanto pasar del tiempo
y acumuladas tantas rutinas,
con mis manos, ya casi en ruinas,
sigo sentada hoy a tu lado.
Algunas cosas se han postergado
¿pero quién logra todo en la vida?
Hay tantas cosas que se alcanzaron,
tanta sorpresa al doblar la esquina
porque el tiempo siempre te cambia
nada es estático, todo camina,
aunque queramos o no queramos
lo impostergable es saber vivirla.
Te he querido y no querido
y muchas veces te he admirado
y otras tantas que he dudado
y tantas otras que te he elegido.
Pero sigamos… luego de tanto
pasar el tiempo y haber perdido
para que juntos siempre ganemos
a la  alegría de haber vivido
uno con otro, los dos unidos.
No necesita un documento
esta promesa sin juramento,
atesorando en alhajeros
a los catorces y a los febreros
puedo decirte después de tanto
tiempo vivido (ya no se cuanto)
que aún sorprendes con tu mirada
y aún te busco, enamorada.


jueves, 8 de septiembre de 2011

Sin voz

Un agradable día de verano permite que entre en horas tempranas los rayitos del sol al comedor de la casa señorial.
La mesa del desayuno, finamente vestida, y Aurelia sentada allí, esperando a que llegue su marido. Los pasos inconfundibles van bajando la escalera. Los conoce muy bien, a fuerza de treinta años de convivencia y casi la misma rutina: ella se levanta mas temprano y prepara todo mientras él termina de bañarse, y luego de desayunar no lo verá por las doce o catorce horas en que estará en su trabajo.
Un “buenos días” y la lectura del diario en el que se enfrasca mientras toma a sorbos una taza de café.
- ¿Sabías que Dolores fue abuela otra vez?
No hay respuesta.
-  Héctor… ¿me escuchás? Me gustaría comprarle un regalito.
- Es tu amiga, no la mía.
Pasan cinco minutos.
- ¿Querés probar la mermelada de tomate que hice ayer?
- Dale.
- Mi hermana volvió a pedirme que la ayude en su negocio, solo sería por la mañana porque se quedó sin empleada. Y me va a pagar, así no te molesto cuando necesito plata…
Héctor baja el diario, se acerca a su cara y la mira fijamente.
- ¿Decime, a vos te falta algo, acaso? Contestame.
Aurelia se pone incómoda y desvía la mirada.
- No, no es eso, solo que a veces me gustaría tener dinero solo para gastar en lo que yo quiero.
- ¿Y en qué vas a gastar, Aurelia? ¡En pavadas! Tu trabajo está en esta casa, ya te lo dije cien veces. ¡No me molestes más!
Vuelve a su lectura.
- No, Héctor, no es eso. Solo que me cansa estar encerrada todo el día en casa, y cuando quiero salir no tengo plata ni para el colectivo, antes me entretenía con los chicos, pero hace rato que se fueron, y me siento sola. Además, todo sería igual, no cambiaría nada, te prometo que cuando vuelvas vas a encontrar la casa en orden, la comida preparada y la ropa en su sitio.
- ¿Pero decime una cosa? ¿Vos estás mal de la cabeza? ¿Tenés una idea de la inseguridad que hay allá afuera? Tu hermana vive lejos, vos seguí manejándote por el barrio que aquí nos conocen todos. Lo único que falta es que me llamen a la oficina para decirme que te pasó algo y tenga que salir a buscarte.- y elevando el tono de voz - ¿me entendiste o no me entendiste?
Aurelia baja la cabeza y dice apenas:
- Si, Héctor, esta bien.
Al día siguiente.
- Buenos días.
- Buen día, Héctor, yo ya desayuné, vos terminá y lavá los pocillos, yo ya me voy. Tengo las valijas listas, me mudo a casa de mi hermana, hace rato que me pide que te deje y que viva con ella. Y le voy a hacer caso, chau.
- ¿Ah, si? ¿Y quien te va a mantener? ¿Tú hermana viuda muerta de hambre? ¿Con ese kiosquito? ¿Qué van a comer, diarios y golosinas?
¡No me hagás reír, por favor! Con lo infeliz que sos vas a volver arrastrada en menos de una semana.
Aurelia, parada frente a él, aguanta la respiración. Y con un grito, que de tanta angustia contenida, solo llega a emitir un hilo de voz, le dice:
-¡Basura! ¡Ingrato! ¡Mal nacido! ¿Cómo te atrevés a hablarme así? ¡Porquería!
Mas liberada, el tono de voz va subiendo.
- ¡Años de aguantar tus humillaciones! ¡Me tenés cansada!
- Pero negrita…si vos sabés que te quiero. Todo esto te lo digo por tu bien. Recapacitá, mi vida. Te lo digo por vos... andate si querés, pero después no vuelvas ¿entendiste?
Se da media vuelta, pega un portazo y se va.
Pasa un largo rato.
- Che, negra ¿qué te pasa, estás distraída? Servime más café.
- Si, Héctor ¿lo querés con leche o con crema?



martes, 23 de agosto de 2011

Estás herido...

Estás herido, eso es todo, estás herido,
y no es poco, yo te entiendo y te lo digo,
yo he pasado algunas penas en mi vida
y aunque no sean las tuyas, te concibo.

Que no puedas perdonar yo te comprendo,
dispensar no es de todos, ni frecuente,
porque nada paga el daño que te han hecho
y mejor es condenar, más contundente.

Y si hay algo que percibo en tu semblante
son los rastros de rencor hasta la muerte,
y la furia, y el recelo y el enfado
de todo aquello que ha causado tu oponente.

Yo te entiendo, de verdad que yo te entiendo
que los hombres son más crueles que alimañas
que engañan, que asesinan y pervierten
y traicionan a todo el mundo con sus mañas.

De sacarte tu alegría y tu confianza,
lo que a ti te han dejado y el despojo
de arrasar con tu salud y librar fianza
para seguir delinquiendo a su antojo.

Bueno sea que tu mano justiciera
revindique a otro mar de criaturas
que tuvieron menos suerte que la tuya
y tal vez ya están en fría sepultura.

No te prives de ser malo, no perdones
y rebájate al igual que aquellas bestias
que arrasan con la vida de inocentes
mofándose de su tan grande carencia

Que no tienen alma y ninguna
cosa buena que los llame ser humano,
rebájalos y arrástralos en el polvo
y cuando pidan, písales la mano.

O tal vez, al mirar que hay afligidos
a los que nadie ayuda ni socorre
te detengas un momento compasivo
y le entregues todo el tiempo que dispones.

Y de esos, de esos si, tenlos en pena
porque son de menos suerte que la tuya
y en vez de condolerte por ti mismo
consumiéndote en encono y te recluyas

te conduelas de dolores, no los tuyos,
y ayudes a otra alma angustiada
compartiendo lo que tienes con el pobre,
el enfermo, con el preso y la esclava

Pero no puedes perdonar y estás dolido.
¿Con qué pagan los culpables el dolor
que impíamente contra ti han cometido?
Solo puedes revertirlo dando amor.

Si no lo tienes, tú dalo a otras personas
hasta que puedas llamarlos tus hermanos
y veras a un milagro que te envuelve
perdonando todo el mal que te han causado.


sábado, 20 de agosto de 2011

Mil poesías

Hay mil poesías, hay miles de autores,
algunos sublimes, y otros corrientes
pero lo que expresan de forma evidente
son sus sentimientos más cautivadores.

Me haces feliz


Me haces feliz, por ello te adoro,
y al cielo le imploro tu amada presencia.
No me deje nunca esa insuficiencia
de saberte mío y saber que partes
todo cuanto añoro cuando veo tu ausencia.
Que no piense nunca con premura loca
que eres tú la parte que obligada toca
por decantación al hado divino
que impone justicia a un feliz destino.


Permíteme sea un trabajo forzado
aquel que me lleve a estar a tu lado,
y todos los días tu gracia conquiste.
Pero…
haz lo tuyo, muestra con tus ganas
que solícito adviertes que mi parte humana
es frágil, carente, se cansa, se enfada
y que necesita de manera activa
el dulce elemento que a mi fuego aviva,
aquel que me colma sintiéndome amada.

Besos


Besos, muchos besos dejan marcas en la vida,
besos de amor con dulzura, besos que son caricias.
Besos inocentes dados de labios de  un niño,
besos amantes de madre que dan ternura y cariño.
Besos apasionados y también besos sufridos,
besos, que traicionando, juran amores mentidos.
Besos de amistad del más fiel de los amigos,
y besos que no han besado a aquel que se ha querido.

Mis intrigas


Mis intrigas son los besos que adivino de tu boca,
¿me pregunto que me toca que me enciende de pasión?
cuando inquieto el corazón se acelera a un ritmo
de tambor en carnaval...

Amor cibernético


Mensajes de fantasías, entre mundos elegidos,
cercanos y en lejanía, sembrando el paroxismo
en recodos de la mente, con emoción en los mismos
trazos de las palabras que recorren erotismo.
Antes eran las cartas, ahora son los mails
donde anónimos amantes vuelcan toda su miel
y exacerban sus sentidos en cada frase de amor.
Son frases que son ilusiones, inundadas de dulzor.

Amor de pareja

En extrema necesidad me has conocido,
en extrema necesidad de mucho afecto;
y me apegué a tu amor de tal manera
que  pensar que el no tenerte es un tormento.

¿Por qué pretende el aire enrarecido
separarme del abrazo de tu cuerpo?
¿Por qué se hacen cómplices las horas
 martirizando la espera de tu encuentro?

Pero cuando tu figura al fin diviso
corro hacia ti agitada y sin aliento
y me faltan las manos para darte
las caricias de pasión que por ti siento.

Y todo este amor que es tuyo y que es mío,
que es mutuo, que es de a dos, que nos eleva,
que es del todo por los dos correspondido,
día a día se engrandece y se renueva.

Sin querer fumé


Sin querer fumé.
No quería hacerlo...
mis pulmones eran
dos bolsas de cieno.
Sin querer maté
quinientos minutos,
millones de momentos
para que estemos juntos.
Sin saber robé
horas a mi vida,
sin querer maté
lo que mas quería.
Sin querer privé
de salud a mi cuerpo
¡y me esclavicé!
con tabaco y odio...
porque ya estoy muerto.