Porque no puedo seguirte en
este lapso, tan humano,
por un
tiempo algo breve, solamente por un rato,
ya no
puedes esperarme, ya me vas poniendo horario.
¡Tu
paciencia es tan corta! Y eso ¿sabes? duele tanto.
Como
extraño, tantas veces,
el calor
que abrigaba a mi mano entre tus manos.
Porque no
me das salida, porque vas poniendo plazos,
porque das
futuro incierto al amor que ambos forjamos.
Porque ya
nada te importa y me has dejado a un lado:
me envuelve
la impotencia y me cuesta el aceptarlo.
La
distancia es infinita y el eterno tiempo, amargo.
¡Quiero
romper los relojes y borrar los calendarios!
y acortar
distancia y tiempo para que estés a mi lado.
Si pudiese
perpetuarme un segundo en el pasado
elegiría el
momento, aquel que por vez primera,
me tomaste
entre tus manos.