Se va por las vetustas callejuelas
el lamento errante de mi amor perdido
que deambula penitente y sufrido
gastando su cansancio y sus suelas
Se apagan una a una las candelas
y en la vasta oscuridad queda sumido,
también se va extinguiendo sus latidos.
Se cierran ante mí las portezuelas.
Me abrevio el responso y sepultura
y despido a los deudos con un beso
en la rutina de este tema soy versado
y aunque blinde el corazón con armadura
indignamente a su capricho soy poseso
reviviendo entre las sombras al pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario