y permite que me rinda a tu sonrisa.
¿Cómo puedo explicar que te he adorado
si no extrañara cada tanto a tus caricias?
¿Cómo puedo justificar que no habrá otra
que tenga aquello que tu cuerpo necesita?
Porque olvidándote los días se harán largos
y al recordarte se harán mis noches tibias.
Entonces, no consientas que te olvide
y sigue siendo aquel amor que me activa,
aquel que me ha dejado más que sola
al privarme de tu amada compañía.
Pero aún, asi y todo yo prefiero,
recordarte y extrañarte cada día
que olvidar que te he amado con tal fuerza
que sentí por vez primera ¡que estoy viva!
Y por último, amor mío, si pudieras,
tú tampoco no me olvides todavía.
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