Tus
palabras al oído embelesa,
cautivando
al alma emocionada,
que
provocan el ritual de una alborada
que
en ensueños inclina la cabeza.
Es
que tienen tus palabras tal belleza
que
anega de emociones en cascada
y
se arriman infinitas sus tonadas
conmoviendo
al aliento con presteza.
Y
agitado en suspirar naturaleza,
restituyes
el don con que has nacido,
y
en sensible versar has conseguido,
transportar
a un mundo de lindezas,
el
disfrute de gozar de lo incorpóreo
y
el asombro de aturdir con tu agudeza.
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