Vive el tiempo que le ha dado la estocada
más artera que su sangre ha sentido,
escuchándola agitarse en sus entrañas
traspasado en dolor y en estoicismo.
Su rostro que de hachazos se ha forjado
se esconde con verguenza de sus hijos;
no puede explicar porqué su estirpe
se pierde en la indigencia y el olvido.
Se presencia es oprobio a los grandes,
poderosos, miserables, mal nacidos;
aquellos que se creen con derecho
a negar y a sepultar a otros destinos.
Mientras mas avanza el siglo veintiuno
el aborigen es un proscrito en purgatorio...
para el gobierno, un proyecto intermitente,
para los hombres, un clamor acusatorio.
más artera que su sangre ha sentido,
escuchándola agitarse en sus entrañas
traspasado en dolor y en estoicismo.
Su rostro que de hachazos se ha forjado
se esconde con verguenza de sus hijos;
no puede explicar porqué su estirpe
se pierde en la indigencia y el olvido.
Se presencia es oprobio a los grandes,
poderosos, miserables, mal nacidos;
aquellos que se creen con derecho
a negar y a sepultar a otros destinos.
Mientras mas avanza el siglo veintiuno
el aborigen es un proscrito en purgatorio...
para el gobierno, un proyecto intermitente,
para los hombres, un clamor acusatorio.
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